Luego de una charla con mi amigo de cafe me despido de él, compro los cigarrillos y si, me siento ansioso.
Camino hacia la parada de colectivo, mis piernas flaquean, mi corazon retumba como un caballero frente a una inevitable batalla que sabe que le costara la vida.
Llega mi transporte, cuando subo pienso cuidadosamente "y asi comienza". En el camino se me vienen muchas cosas a la cabeza, sonrio frente a ese desfile de recuerdos, anecdotas, charlas y cafes.
Bajo en el lugar, enciendo un cigarrillo... la llamo, mi corazon repica de ansiedad, muere por pronunciar esas palabras que me condenaran, la veo, voltee y suspire.
En ese momento le di un beso, y hablamos. Pense como muchas veces "todo o nada, no perdes nada".
El tiempo como muchas otras veces no estaba de mi lado aposte, como lo hace un jugador con poker de aces confiado en sus cartas, hable, un "esta bien" y una sonrisa dictaron sentencia y me fui.
Y si este escrito carece de sentido, es porque ya no siento.
Mariano.
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