Somos el tiempo, somos la famosa
parabola de Heraclito el Oscuro
somos el agua, no el diamante duro,
la que se pierde, no la que reposa.
Somos el rio y somos aquel griego,
que se mira en el rio. Su reflejo
cambia en el agua del cambiante espejo
en le cristal que cambia como el fuego.
Somos el vano dia prefijado,
rumbo a la mar. La sombra le ha cercado.
Todos nos dijo adios, todo se aleja.
La memoria no acuña su moneda.
Y sin embargo, hay algo que se queda.
Y sin embargo, hay algo que se queja.
una excelente conclusion de mi clase de filosofia.
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